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PENSAARP 2030, el nuevo Plan Estratégico para el Abastecimiento de Agua y la Gestión de Aguas Residuales y Pluviales, se encuentra actualmente en fase de consulta pública. En esta sección le invitamos a realizar una visita guiada por el plan y a participar en la consulta. Describimos detalladamente cada uno de los veinte objetivos, tratando de contribuir a estimular el debate público en curso. Consulte aquí el objetivo A.3.
Objetivo calidad del agua distribuida y rechazada de los servicios de agua
La población debe tener acceso a un servicio de suministro de agua de calidad, en cuanto al producto suministrado por la entidad gestora (abastecimiento de agua), garantizando que no se degrade en los sistemas de construcción. También se trata de mejorar el control medioambiental de las tomas de agua.
También se pretende que la población tenga acceso a unos servicios de gestión de las aguas residuales y pluviales de calidad, en términos de los efluentes reintegrados en el medio ambiente por la entidad de gestión. También se pretende mejorar el control en términos cuantitativos y cualitativos de los vertidos de aguas residuales y pluviales, así como una coordinación más eficaz entre los industriales y las entidades de gestión y la rendición de cuentas sobre los vertidos de aguas residuales industriales en las redes, con la implicación del regulador del servicio y, en lo que respecta al medio receptor, de la autoridad medioambiental. Cabe destacar la estrategia nacional para la gestión de los lodos de depuradoras (en fase de desarrollo), que crea unas condiciones económica y medioambientalmente sostenibles para las entidades de gestión.
Este objetivo se controlará mediante indicadores relativos a la concesión de licencias para los puntos de recogida y rechazo, la seguridad del agua, los vertidos de aguas residuales y pluviales, el control de las soluciones autónomas, el rechazo de aguas residuales en el agua y los servicios de saneamiento de las instalaciones de los edificios.
Medidas e incentivos para lograr este objetivo
Siete medidas están directamente asociadas a este objetivo, que se describen a continuación sobre la base de la versión del plan sometida a debate público.
Una primera medida es mejorar la calidad del agua de abastecimiento (prioridad 3): Se trata de mejorar la calidad del agua de abastecimiento, en beneficio de la salud pública, mediante intervenciones de construcción y una mejor operación, mantenimiento y control de las plantas de tratamiento de agua, redes de distribución y otros componentes de abastecimiento, con adaptación a la nueva directiva sobre calidad del agua para consumo humano. Se requiere el estudio y definición de un plan de acción para dar cumplimiento a la nueva directriz. Requiere atención constante en vista del impacto sobre la salud pública y los desafíos asociados con la aparición de nuevos contaminantes y los impactos cuantitativos y cualitativos del cambio climático.
El incentivo necesario es modificar la legislación sobre la calidad del agua potable para transponer la nueva directiva europea, incluyendo los materiales y productos en contacto con el agua y la existencia de puntos de muestreo debidamente localizados en la red de agua. Los incentivos recomendados incluyen elaboración de una guía técnica sobre la mejora del funcionamiento y el mantenimiento de las plantas de tratamiento de agua; elaboración de recomendaciones sobre la adaptación de los organismos de gestión a las disposiciones de la nueva directiva sobre la calidad del agua; elaboración de recomendaciones sobre la adaptación de los laboratorios de análisis a las disposiciones de la nueva directiva sobre la calidad del agua; formación y capacitación en el funcionamiento y el mantenimiento de las redes y plantas de tratamiento de agua; formación y capacitación en la toma acreditada de muestras de agua in situ para aumentar la capacidad de respuesta y reducir costes; elaboración de folletos de sensibilización para los responsables de la toma de decisiones sobre el funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas; y acciones de apoyo a la innovación en soluciones más eficaces para el tratamiento del agua, por ejemplo ante contaminantes de interés emergente.
Una segunda medida es el mejorar la calidad de las aguas residuales rechazadas (prioridad 1): Consiste en mejorar la calidad de las aguas residuales vertidas en relación con los requisitos de las licencias de vertido, en particular para invertir la tendencia a la baja del estado de las masas de agua y cumplir las disposiciones que se incluirán en la revisión de la directiva sobre aguas residuales urbanas, mediante intervenciones constructivas y un mejor funcionamiento, mantenimiento y control de las plantas de tratamiento de aguas residuales, los desagües pluviales y los demás componentes de los sistemas de aguas residuales, así como el control de las entradas indebidas, pluviales, industriales o similares a las redes de drenaje. Requiere una atención constante al impacto sobre el medio ambiente y los ecosistemas acuáticos, a los retos asociados a la aparición de nuevos contaminantes y a las oportunidades derivadas de la introducción de la circularidad. Las tareas de mantenimiento deben planificarse adecuadamente para minimizar el número de vertidos de aguas depuradas y garantizar que se lleven a cabo durante los periodos de menor impacto sobre el estado de las masas de agua. También deben incluir acciones para aumentar la redundancia de algunos componentes del sistema con el fin de reducir el número de vertidos en una situación de emergencia y permitir intervenciones en el sistema sin vertidos directos (no tratados). Debe prestarse especial atención a los vertidos en caso de tormenta o de recursos (de emergencia). Para ello, las entidades de gestión deben realizar un catastro de los vertidos y una evaluación del riesgo del impacto sobre el medio receptor, teniendo en cuenta el estado de las masas de agua y la adopción de medidas para minimizar estos vertidos en situaciones de mayor riesgo (por ejemplo, construcción de soluciones de retención o pretratamiento de los excedentes con soluciones de base natural). Las entidades de gestión también deben llevar un registro de los vertidos de aguas pluviales o de recursos, con notificación automática a la autoridad medioambiental.
El incentivo necesario es la modificación de la legislación sobre aguas residuales una vez transpuesta la revisión de la directiva sobre aguas residuales urbanas. Los incentivos recomendados incluyen elaboración de una guía técnica sobre la mejora del funcionamiento y el mantenimiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales; elaboración de recomendaciones sobre el funcionamiento, el mantenimiento, el seguimiento y el autocontrol de las plantas de tratamiento de aguas residuales; elaboración de recomendaciones sobre la adaptación de las plantas de tratamiento de aguas residuales a los contaminantes de interés emergente; elaboración de recomendaciones sobre la instalación y el seguimiento de los emisores de aguas pluviales y de recursos (voluntarios o no voluntarios) para minimizar el impacto medioambiental; desarrollo de herramientas eficaces de notificación de vertidos pluviales, con tendencia a la interoperabilidad; formación y capacitación en el funcionamiento y mantenimiento de redes y plantas de tratamiento de aguas residuales; elaboración de folletos de sensibilización para los responsables de la toma de decisiones sobre el funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales; acciones de apoyo a la innovación en soluciones de tratamiento de aguas residuales para contaminantes de preocupación emergente.
Una tercera medida consiste en mejorar la calidad del agua de lluvia vertida (prioridad 3): Consiste en mejorar la calidad de las aguas pluviales rechazadas mediante intervenciones constructivas y un mejor funcionamiento, mantenimiento y control de las redes y los demás componentes de los sistemas de aguas pluviales, así como el control de las entradas indebidas, maximizando las inversiones realizadas en construcción, ampliación, rehabilitación, renovación o mejora, teniendo en cuenta sus beneficios medioambientales y para la salud pública. Requiere una atención constante a los impactos cuantitativos y cualitativos del cambio climático, así como a las oportunidades derivadas de la introducción de la circularidad, con una tendencia a utilizar soluciones ecológicas en lugar de soluciones de drenaje convencionales. Entre otras cosas, exige a los organismos de gestión que realicen un estudio catastral de los vertidos de aguas pluviales y una evaluación del riesgo del impacto sobre el medio receptor, teniendo en cuenta el estado de las masas de agua y las características de las aguas pluviales vertidas, así como la adopción de medidas para controlar y minimizar estos vertidos en situaciones de mayor riesgo.
Un incentivo necesario es la modificación de la legislación sobre aguas pluviales una vez transpuesta la revisión de la directiva sobre aguas residuales urbanas, incluida la evaluación de riesgos de los vertidos. Los incentivos recomendados incluyen: la elaboración de una guía técnica sobre la mejora del funcionamiento y mantenimiento de los sistemas de aguas pluviales; la elaboración de recomendaciones sobre el funcionamiento y mantenimiento de los sistemas de aguas pluviales y su seguimiento y autocontrol; la formación y capacitación en el funcionamiento y mantenimiento de los sistemas de aguas pluviales; la elaboración de folletos de sensibilización para los responsables de la toma de decisiones sobre el buen funcionamiento de los sistemas de aguas pluviales; la elaboración de recomendaciones sobre el funcionamiento y mantenimiento de las redes de aguas pluviales y otras infraestructuras asociadas; acciones de apoyo a la innovación en soluciones naturales (verdes) de gestión de las aguas pluviales.
Una cuarta medida consiste en mejorar el control medioambiental de las tomas de agua para abastecimiento (prioridad 2): Consiste en la regularización de los títulos de uso de recursos hídricos que faltan para las captaciones de agua y el respectivo control medioambiental, en términos de cantidad y calidad, así como la protección de la cuenca hidrográfica aportante y la existencia de perímetros de protección, como componentes esenciales para garantizar un buen servicio de abastecimiento de agua a largo plazo. La mejora de las condiciones medioambientales de las cuencas hidrográficas se traduce en una reducción significativa de los costes de tratamiento y en una mayor fiabilidad del suministro. Requiere una relación eficaz con la autoridad medioambiental, sobre todo en términos de información y seguimiento.
Los incentivos recomendados incluyen: desarrollar instrumentos para mejorar el acceso a la información sobre recursos hídricos relevante para evaluar el riesgo de las extracciones de agua; desarrollar instrumentos para gestionar el riesgo de las extracciones de agua en las cuencas fluviales; formación y capacitación en el control medioambiental de las extracciones de agua para abastecimiento; desarrollar recomendaciones sobre el seguimiento de las extracciones de agua.
Una quinta medida consiste en mejorar el control medioambiental de los vertidos de aguas residuales y pluviales (prioridad 2): Consiste en regularizar las licencias que faltan para los rechazos de aguas residuales y pluviales tratadas y no tratadas y el control medioambiental, en cantidad y calidad, como recursos que deben protegerse, en beneficio del medio ambiente, los ecosistemas y la salud pública. También implica producir y poner a disposición agua para su reutilización, con el fin de introducir la circularidad en el sector. Requiere una coordinación eficaz con la autoridad medioambiental, sobre todo en materia de información y control.
El incentivo necesario es la modificación de la legislación sobre la definición de las condiciones de vertido de las aguas pluviales cuando se aplique la revisión de la directiva sobre aguas residuales urbanas. Se recomiendan los siguientes incentivos desarrollo de instrumentos para mejorar el acceso a la información sobre recursos hídricos para gestionar el riesgo de vertidos de aguas residuales; desarrollo de instrumentos para gestionar el riesgo de vertidos de aguas residuales y pluviales en masas de agua; formación y capacitación en control medioambiental de vertidos de aguas residuales y pluviales; elaboración de recomendaciones sobre el control de los vertidos de aguas residuales y pluviales y de los vertidos de emergencia; elaboración de recomendaciones sobre la evaluación del riesgo del impacto de los vertidos de emergencia (pluviales) en el medio receptor; elaboración de recomendaciones sobre la evaluación del riesgo del impacto de los vertidos de aguas pluviales; elaboración de instrumentos para la notificación eficaz de los vertidos pluviales, con tendencia a la interoperabilidad.
Una sexta medida es la responsabilidad medioambiental sobre los vertidos de aguas residuales industriales en los sistemas públicos (prioridad 2): Consiste en crear las condiciones para una mayor eficacia en la responsabilidad medioambiental sobre los rechazos de aguas residuales industriales en los sistemas de drenaje, que pueden tener repercusiones muy negativas en el funcionamiento de las plantas de tratamiento aguas abajo y en el cumplimiento de los permisos de uso de los recursos hídricos. En general, están implicados el usuario y el productor de estas aguas industriales, el organismo gestor del sistema aguas abajo, el organismo gestor aguas arriba, el regulador del servicio y la autoridad medioambiental responsable de la gestión de los recursos hídricos, evitando que prevalezcan las reacciones esencialmente reactivas a los acontecimientos y las dificultades para identificar las responsabilidades por las infracciones medioambientales. Exige un cambio legislativo que aclare las responsabilidades de los distintos actores y mejore la delimitación de los vertidos industriales indebidos como infracciones medioambientales. También exige mejorar las normativas de vertido de aguas residuales industriales y similares en las redes de drenaje y las normativas de vertido de aguas residuales municipales en los sistemas de alto nivel, así como los planes de control de estos vertidos.
Se consideran necesarios los siguientes incentivos: modificación de la legislación sobre la elaboración de normativas municipales para el rechazo en redes de aguas residuales industriales y similares, incluyendo planes de control y cajas de inspección; modificación de la legislación sobre la elaboración de normativas para el rechazo de aguas residuales municipales en sistemas aguas arriba, incluyendo planes de control y cajas de inspección; modificación de la legislación sobre una mejor delimitación de las infracciones medioambientales en el contexto de entradas industriales indebidas. Los incentivos recomendados incluyen: elaboración de recomendaciones sobre criterios de responsabilidad medioambiental en caso de rechazo indebido mediante la demostración de causa y efecto; elaboración de recomendaciones sobre un plan de seguimiento normalizado de las aguas residuales industriales y similares; elaboración de recomendaciones sobre una normativa normalizada de rechazo de las redes de aguas residuales industriales y similares; elaboración de recomendaciones sobre el arbitraje de conflictos de rechazo de aguas residuales industriales y similares; elaboración de folletos de sensibilización para los responsables de la toma de decisiones sobre las consecuencias de los vertidos de aguas residuales industriales en las redes; acciones de apoyo a la puesta en marcha de proyectos piloto para la responsabilidad medioambiental de los vertidos de aguas industriales en las redes; acciones de sensibilización sobre la identificación y erradicación o minimización de las entradas industriales indebidas.
Una séptima y última medida es el mejorar los sistemas de abastecimiento de agua y de evacuación de aguas residuales (prioridad 3): Consiste en crear las condiciones para mejorar la construcción, renovación, rehabilitación, mantenimiento y saneamiento de las instalaciones sanitarias de los sistemas de edificios, de forma que los usuarios aprovechen mejor los servicios públicos disponibles sin degradar la calidad del agua en el interior de los edificios, salvaguardando el confort, la salud pública y el medio ambiente, teniendo en cuenta en particular la necesidad de adaptarse a la nueva directiva sobre la calidad del agua de consumo humano (por ejemplo, sustituyendo las tuberías de plomo) y aprovechando la oportunidad para instalar equipos más eficientes desde el punto de vista hídrico y energético.
El incentivo necesario es cambiar la legislación sobre el diseño, la construcción y el funcionamiento de los sistemas de suministro de agua y de evacuación de aguas residuales, incluido el registro con una definición de su contenido mínimo, el mantenimiento, la limpieza periódica y el saneamiento (por ejemplo, de los embalses). Los incentivos recomendados incluyen: formación y capacitación en el diseño e instalación de sistemas de suministro de agua y de evacuación de aguas residuales; acciones de apoyo a la innovación en instalaciones sanitarias, mejorando la seguridad y la eficiencia hídrica y energética; acciones de sensibilización sobre la mejora de las redes de edificios en términos de eficiencia hídrica y energética.
Participación en la consulta pública
Si tiene algún comentario o sugerencia para mejorar este objetivo, sus medidas e incentivos, participe en la consulta pública en las siguientes direcciones:
https://www.consultalex.gov.pt/ConsultaPublica_Detail.aspx?Consulta_Id=239
Lea el siguiente texto de esta serie, disponible muy pronto
PENSAARP 2030: ¿Cómo garantizar la seguridad, la resistencia y la acción climática de los servicios?
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